Maison Niepce

Maison Niepce

Hace muchos años, más de los que desearía admitir, escribí un cuento que vino a mí durante una tarde, mientras revisaba algunas fotografías que había tomado en el viejo Centro Histórico de la ciudad (entonces todavía Distrito Federal). De pronto, en la fotografía que miraba —un torpe y apresurado autorretrato que me hice, para al fin agotar el rollo y mandarlo a revelar—, vi que algo se movía.

Una tras otra, me cayeron encima imágenes, frases, escenas, una historia de amor en París, un artefacto antiguo, una desvencijada cabaña en el Desierto de Los Leones, una vieja criada. Temeroso de que todo se esfumara, comencé a garabatear mis ideas y las fui ensanchando poco a poco, durante el resto de esa tarde.

Algunas semanas antes, había empezado a acudir, cada miércoles, al taller de cuento que coordinaba Oscar Mempo Giardinelli en su departamento muy cerca del Pedregal, en un casi deshabitado Camino a Santa Teresa. La siguiente sesión, llegué con mi cuento y creo que fue el primero que realmente le gustó a Mempo.

Algunos meses después, le entregué una copia a René Avilés Fabila, flamante editor de cultura en el diario Excélsior, para que lo leyera y me diera su opinión. Una mañana me lo encontré publicado en la primera página de aquella sección diaria. Me quedé helado: era la primera vez que veía algo mío y mi nombre impresos.

Muchos meses después, René (que ya era Coordinador de Difusión Cultural en la UNAM) me pidió copias de mis cuentos para publicarlos en una serie nueva de la colección “Material de Lectura”. Le entregué una selección, pues estaba en tratos para publicar un libro. René sólo tuvo tiempo para publicar dos números de la serie “Los Universitarios”, uno de ellos: “Maison Niepce” y otros cuentos.

Maison Niepce y otros cuentos, por Antonio Puertas
“Maison Niepce” y otros cuentos, por Antonio Puertas

A finales de 2018, me encontré a Héctor de Mauleón, hoy subdirector de Nexos, a quien conocí cuando por muy poco tiempo trabajó en Expansión. Me preguntó por mis relatos, si los había vuelto a publicar. Le dije que no. Me pidió copia de uno de ellos. Hoy por la mañana me lo encontré publicado en el sitio de la revista (la liga, aquí).

Como hace tantos años, al encontrarlo me volví a quedar helado.