Mataron a mi amigo
In memoriam RVC
Para todas mis compañeras y todos mis compañeros de Generación
El pasado sábado 14 de diciembre de 2024 mataron a mi amigo Ricardo Vega Cámara. Cuando recibí la noticia sentí rabia, indignación, tristeza, desánimo… Y luego me pregunté: ¿cuándo acabará este maldito baño de sangre? ¿Cuándo podremos vernos otra vez a las caras, sin miedo, sin vergüenza de nosotros mismos, con la dignidad recuperada? ¿Cuándo terminará esta pesadilla?
No recuerdo cuándo conocí a Ricardo. Éramos casi vecinos y a veces él me daba aventón hasta la entrada de mi colonia. Lo recuerdo a bordo de su MG plateado, de dos plazas, descapotable, un mucho destartalado, pero un auto del que Ricardo estaba muy orgulloso: era un auto hermoso.
Con su cabello ligeramente rojizo y las pecas en su rostro y cuello, me daba la impresión de ser una especie de lord ingles, porque además su trato era un tanto flemático, porque era siempre tranquilo y tuvo un fino sentido del humor. Creo que nunca lo vi enojado.
A veces… o más bien: casi siempre sucede que la vida te lleva por caminos muy diferentes. Al terminar la preparatoria cada uno de nosotros empezamos a volvernos adultos de muy distintas formas y con muy diferentes sensibilidades, con historias muy diversas que fueron poblándose de otras personas. Sin embargo, cuando cuando coincidimos en reuniones, siempre sentí una alegría especial que me regresaba a esos días cuando la vida era una promesa brillante, una cosa lejana y resplandeciente.
Mi experiencia, lo sé, es la de cientos de miles de mexicanos. A mí no me importa. Para quienes lo conocimos, Ricardo no será nunca parte de una estadística macabra, en este país que aún ama el sabor de la sangre humana, esa que es derramada cada día sin que nos llame a escándalo.
Ricardo no será un número más… porque era mi amigo… y porque sé que lo mataron unos cobardes malnacidos e hijos-de-puta.
God speed, amigo.